Hoy el negocio está en el equilibrio entre rendimiento y calidad

 

De cara a una campaña donde el agua marcará la diferencia, el consultor Jorge González Montaner recomendó planificar la siembra sin perder de vista el objetivo de rendimiento y la bonificación por calidad.

El asesor y referente de AACREA, Jorge González Montaner, abrió la segunda mañana del Congreso A Todo Trigo 2011 organizado por la Federación de Acopiadores en Mar del Plata. Su tema: las novedades en el panorama varietal y la adaptabilidad de variedades a distintos ambientes.
González Montaner hizo un breve repaso por las reflexiones que dejaron los rindes records del año pasado. En este sentido dijo que quedó confirmado que el agua en septiembre es la clave para que la Argentina tenga una buena producción de trigo. “El año pasado fue muy favorable, y asociado a ello obtuvimos rendimientos excepcionales: 70 qq/ha en La Paz, 65 en Las varillas, hasta 90 en el sudoeste y entre 82 y 96 qq/ha en la zona Mar y Sierras”, enumeró.
Para el especialista, estos rendimientos están explicados por la temperatura. “El trigo es como el sexo: lo importante no es cómo empieza sino cómo termina”, expresó. “La temperatura entre floración y llenado determina la potencialidad. Entre 14 y 16 grados nos da estos rendimientos. Es la determinante. El año pasado no importó el suelo, con agua, el ambiente resultó fundamental. En Venado Tuerto obtuvimos 70 qq/ha cuando solemos alcanzar 40”, agregó.
En la zona de Mar y Sierras, los rendimientos llegaron a los 95 qq/ha. Aquí cayó la superficie de trigo a manos de la cebada que duplicó su superficie, llegando a las 30000 hectáreas la campaña pasada.
De cara al ciclo que viene, el foco de atención está en el agua. “Hay que darle enorme importancia en Santa Fe, en el Sudoeste y en Mar y Sierras. Hay zonas secas en la zona costera”, dijo.
El agua es decisiva para la producción de trigo. Por eso, Montaner alertó: “Ojo con el barbecho que se hace de acuerdo a la cantidad de agua disponible. Ojo al sándwich de 50 cms seco en el suelo, es difícil que las raíces logren superarlo. Con 20 cms puede hacerlo”.
¿Qué podemos hacer?, preguntó el asesor. “Trabajar con las densidades. La recomendación es que cuando bajamos de 3500 kg es mejor usar densidades de -30 % que las normales”, recomendó.
Otra tecnología que funciona son los curasemillas y PGPR que vienen usándose mucho. “Impresionante los resultados en curasemillas, los de nueva generación, cuando llega el momento de macollaje muestran interesantes resultados. En promotores, se obtiene de 4 a 8 % de aumento en rendimiento. Está demostrado que conviene usarlos. Es muy interesante el resultado con los preinoculados”, dijo.
Sobre el momento de las decisiones productivas, el asesor CREA hizo hincapié en tener en cuenta el negocio en cada ambiente y analizar el porcentaje de premio a la proteína. “La capacidad de negociación del producto es lo más importante. Hay que analizar la bonificación por calidad”, dijo.
El peso hectolítrico es una variable muy importante y el otro es proteína y gluten. “Por fuera de las variedades de grupo 1, hay toda una nueva genética que cuenta con materiales con altos pesos hectolítricos, y una buena relación proteína- gluten. Esta relación tiene un enorme impacto en el negocio”, expresó Montaner.
Para lograr alto potencial y alta proteína el camino es la genética y la nutrición. “Si quiero levantar proteína lo que tengo que hacer es trabajar con la interacción de nutrientes. Todavía hay una brecha entre lo que sacamos y lo que podemos sacar por nutrientes. Cuando pasamos de 6000 kg vale la pena intensificar”, agregó.
Con sorpresa y agrado, González Montaner destacó la nueva genética y el esfuerzo de inversión en un mercado tan incierto como el triguero que hacen las empresas proveedoras de genética. Mencionó los nuevos materiales de Nidera, BUCK, Sursem, Don Mario, Klein, ACA, Bioceres.
“La superficie de trigo va a seguir creciendo. La semilla es la clave del negocio de insumos y/o biotecnología, es la entrada al campo”, dijo. “El negocio transgénico se va a venir, con eficiencia en el uso de nitrógeno. Se viene la resistencia a estrés. Comienza a haber ciclos más cortos, calidades aceptables y alto potencial de rendimiento”, enumeró.
“Más de la mitad de la Argentina se siembra por alquiler. De cara a la nueva campaña, no hay agua, no se han cerrado precios de alquiler, y continúa complicado el escenario comercial. Esto atrasa la decisión del trigo. Y el trigo es trabajo”, concluyó Montaner.

Biotecnología
A su turno, Marcelo Helguera, de INTA Marcos Juárez, presentó los avances en biotecnología aplicada a la calidad comercial e industrial. Puntualizó en las razones para trabajar en la secuencia del genoma de trigo. Destacó la conveniencia de identificar genes asociados a caracteres de interés agronómico complejos como rendimiento, tolerancia a sequia, salinidad, contenido de proteína.
“La secuenciación mejora el aprovechamiento de los recursos genéticos para la identificación y el uso de alelos asociados a caracteres de interés agronómico”, expresó Helguera.
Para el desarrollo de este trabajo se ha creado una asociación que lo que hace es avanzar en separar los cromosomas. El principal logro es el descubrimiento de los genes de interés agronómico. Luego, se trabaja en el desarrollo de marcados moleculares para resistencia a enfermedades, calidad industrial diferenciada y adaptación al ambiente.
También se utilizan marcadores para proteínas de reserva y almidón con el objetivo de ser utilizadas en el desarrollo de calidades diferenciadas de trigo para pan, pasta, noodles, galletitas.
“Existe un número cada vez mayor de genes asociados a caracteres de interés agronómico. Está pendiente el trabajo en torno a contenido de proteína y su correlación negativa con rendimiento”, puntualizó.

Fuente: A Todo Trigo

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